domingo, 14 de agosto de 2011

¡ATRÉVETE A DECIDIR TU PROPIA VIDA!

El toque de atención se lo dio un camarero del bar donde acudía asíduamente a tomar un café. Nadie más en el bar; el camarero dejó de fregar el suelo para servirle su cortado de rigor, que David se bebía solo, mirando a ninguna parte. Ni se daba cuenta de que el camarero tenía su mirada puesta en él cuando escuchó su voz: "Usted sufre mucho, ¿verdad?". David cuenta que en ese momento pasó algo en su interior, recuerda unas intensas ganas de llorar y que salió a la calle como en medio de un ahogo, como si no hubiera suficiente aire en el mundo. Se aflojó la corbata, pero ni aún así. Así que poco después decidía desembarazarse de la corbata, el traje y el personaje de éxito profesional que le acompañaba a todas partes, como una armadura oxidada del caballero que ya no quería ser. Su vida cambió. Y poco después publicaba un libro sobre la (r)evolución interior.

La revista Psicología publicó esta entrevista con el autor de este libro David Martí Martinez:

-El ser humano está en continuo cambio. ¿Cuál es la (r)evolución que usted propone?
Para mi, la auténtica revolución consiste en asumir que puedes ser el auténtico protagonista de tu vida, y serlo. Tú puedes llegar adonde quieras, pero sólo lo puedes decidir tú. Detente un momento, piensa y elige: puedes quedarte donde estás, o bien modificar algunos patrones y seguir por el mismo camino, o incluso parar y cambiar de dirección.
-Pero esa lucidez mental no siempre es tan fácil...
No, ni la lucidez ni el proceso. Porque habrá que ponerle valentía y esfuerzo. Pero tampoco es tan difícil. En la vida hay pocas verdades fundamentales, no tenemos que inventqar nada nuevo, sólo hacer el esfuerzo y recordar. Recordar quién eres y qué deseas en tu vida, tu propósito. Y empezar a desembarazarte de los condicionamientos, de los motivos que no te pertenecen. Te sentirás mucho mejor. El escritor Julio Cortázar dice que no hay revolución que no desemboque en la alegría. Y yo estoy de acuerdo.
-Usted mismo: sólo se decidió a hacer el esfuerzo y cambiar cuando el camarero le dijo: "Usted sufre mucho ¿verdad?". ¿Hay que sufrir para cambiar?
Ese buen hombre me abrió la caja de Pandora, y nunca se lo agradeceré lo bastante. Mi propuesta ahora es: abre tú también tu caja de Pandora. Vas a encontrar cosas que te gustan y muchas que no te van a gustar. Pero a partir de ahí, que lo que hagas sólo dependa de tí. Quizás vas a sufrir, sí, pero de todas formas ya estás sufriendo, sólo que no lo quieres ver por una pura cuestión de comodidad. A veces necesitas una experiencia potente para reconocer que no vas por el camino, y suele venir acompañada de mucho sufrimiento.
-¿Ese fue su caso?
Sí, yo sufría mucho antes, durante el cambio y hasta que dije basta. Antes de que me diera el toque el camarero, siempre tenía algún problema de salud. Hasta que dije: por aquí no sigo. En realidad, el libro lo escribí para mí. Me ayudó a salir de la emboscada donde estaba, a explotar, a liberarme. Antes me vestía de traje y corbata y trabajaba para una gran corporación catalana, y aún me persiguen algunas compañías para que forme parte de juntas directivas, pero yo ahora sólo quiero dedicar mi vida a compartir, a acompañar, a recordarte que tú puedes hacer lo mismo. Y tú puedes ser el ejemplo para otras personas,...
-Esta crisis mundial, esta forma de sufrimiento colectivo, ¿puede conducir al ser humano a hacer un cambio profundo, una (r)evolución? ¿De qué tipo?
No tenemos otra alternativa. Lo que pasa fuera es un reflejo de lo que está pasando dentro. Si la humanidad estuviera sana, no podría actual de la forma tan irresponsable y egoísta en la que ha venido actuando, consumiendo como si tuviera decenas de planetas a su disposición, produciendo desigualdades extremas que permiten la muerte de la mitad de la población mientras la otra mitad derrocha lo que tiene y se ahoga en un vaso de agua. Ha llegado el momento de parar y cambiar el rumbo. Para actuar, muchas veces hay que llegar a un punto de no retorno, y creo que estamos en uno de esos momentos. Pero el cambio social sólo es posible si se da una auténtica transformación individual, un cambio de conciencia. Y yo creo que estamos en ese momento. Cada vez hay más gente "despierta", menos robótica.
Tiene que haber un cambio de paradigma, radical.
-¿Y usted cree que se está dando a nivel generalizado, mayoritario al menos, ese cambio?
Generalizado, quizás todavía no. Creo que estamos en un momento de máxima dualidad. Por una parte, en las crisis hay mucha gente que se hace más egoísta, se cierra más, con un sentido equivocado de supervivencia y el lema de "yo paso de todo". Y, por otra parte, hay mucha gente que se hace más sensible y pasa a una acción comprometida. Se podría decir que es uno de esos momentos en que, emocionalmente hablando, los ricos son más ricos y los pobres de espíritu más pobres.
-Esto me hace pensar en unas imágenes en internet en las que un perro empujaba a otro perro muerto en la carretera, lejos de los coches y a un lugar seguro, protegiéndole cuando alguien se acercaba a ayudarle. Los conductores pararon sus coches en medio para hacer fotos de una escena de amor y generosidad tan potente.
Igual es que estamos muy necesitados de amor. Quizás necesitamos más noticias como ésta y menos cifras de muertos y guerras. Las aberraciones de violencia de la especie humana ya no nos impactan, las vemos en la televisión mientras comemos sin pestañear, tan embrutecidos estamos; pero las escenas de amor sí que nos impactas y nos conmueven. Fíjate: la especie humana, tan evolucionada, detiene su ritmo acelerado hacia su trabajo y los negocios para inmortalizar esta muestra de generosidad, de amor incondicional de unos animales. Eso me hace pensar hasta qué punto estamos necesitados de amor, y por eso nos conmueven escenas como éstas.
-En su libro habla de la necesidad de desacelerar y parar.
Es que vamos todo el día corriendo detrás de una zanahoria y, cuando nos preguntas que por qué corremos, a menudo respondemos "no sé", pero se nos pasa el día corriendo y con cara de pocos amigos, a la defensiva, en pie de guerra.
-También dice en su libro que las personas estamos cada vez más enfadadas sin motivos concretos. ¿Qué nos causa ese mal humor?
Que seguimos empeñados en estar donde no tenemos que estar y en actuar como ya no tenemos que actuar. Nuestro mundo está cambiando a una velocidad vertiginosa,  y nosotros empeñados en seguir actuando igual. Eso nos hace vivir con  una frustración tal que genera enfado, rabia, ira y mucho miedo. Tenemos miedo a perder la identidad propia, la que conocemos, con el cambio.
-Hablemos de la alternativa. Si se puede estar de mal humor sin motivos, ¿también se puede estar feliz sin motivos? ¿Cómo?
Esforzándonos por averiguar nuestro propósito personal y haciéndolo realidad; de otro modo, siempre estaremos arrastrando ese sentimiento de frustración.
-¿Y cómo se hace eso?
Lo primero es identificar nuestro propósito o propósitos por medio de las "preguntas inteligentes", y no me refiero a una inteligencia de tipo intelectual, sin a buscar las preguntas que nos mueven realmente; en mi libro pongo algunos ejemplos. En el transcurso de esta exploración, vas vaciando tu mochila de condicionamientos, huellas genéticas, frustraciones, sueños olvidados; vas vaciando, y a medida que vas quitando peso fuera, vas dibujando una sonrisa.
-¿Cómo perciben los demás que estamos empezando a cambiar, quizás nos ven más felices, más relajados...?
Empiezas a hacer lo que quieres hacer a partir de lo que tienes; cambias el "pobre de mí" por una palmada de ánimo y felicitación, por ser capaz de hacer lo que estás haciendo y de conseguir lo que vas a conseguir.
Y entonces la gente empieza a preguntarte que por qué te ríes tanto, de qué te ríes, y tú respndes que de nada. Eres feliz sin motivos, por el único Motivo, en mayúsculas, de estar vivo por fin, porque estás viviendo tu propia vida.
-Y así es como se conquista la sonrisa; la sonrisa sin motivos.
Yo reivindico el buen rollo y a la buena gente.
-¿En qué consiste la ley de la atracción? ¿Cómo podemos hacerla funcionar a nuestro favor?
Si estás mal, lo que no quieres es lo que tienes ahora; y seguir haciendo lo mismo sólo te atraerá más de lo mismo, eso es lo que estás atrayendo. También atraes más de lo mismo cuando te quejas; hay que cambiar el "no quiero que..." por el "quiero que..." o "he conseguido..." A lo que das presencia en tu mente es lo que atraes, así que mejor dar presencia a lo que quieres obtener y no a tus quejas o miedos. El miedo atrae, lo mismo que el deseo. Tú decides lo que quieres, darle nombre y piensa en ello. Así empieza a tener presencia en tu vida.
¡Y ve a por ello!.
-Parece que lo que duele es más visible y por eso se pone más atención en lo que no deseamos.
Eso es un error, porque la atención atrae lo mismo que la intención. Dejemos de poner atención en lo que no queremos o no nos gusta. Definimos al mundo y a las demás personas con gafas sucias. Cuando las limpies, verás colores y luces que te parecerán nuevos y te fascinarán, pero siempre han estado ahí. El problema es que muchas veces nos han enseñado que "la vida es un asco" o que "no te puedes fiar de nadie" o que "la gente no puede cambiar", y nos lo hemos creído. Pero tenemos que quitarnos esas gafas, que no son nuestras, y decir: déjame buscar mis verdades y tener mi propia visión del mundo. La mía.


No hay comentarios: