domingo, 11 de abril de 2010

LOS DOCE PRINCIPIOS DE LA BONDAD:

Merece la pena que dediques un poco de tu atención y tu tiempo a mejorar los músculos de la bondad, no sólo porque tendrá efectos positivos en ti, a corto y a largo plazo, sino porque incidirá en una mejora de tu entorno, en el estado de ánimo más positivo de las personas que te rodean y en una mayor eficacia en todo lo que hagas, logrando mejores resultados.
Principio nº 1: Las impresiones positivas son como semillas...
Actuar con amabilidad tiene un efecto dominó. Cada vez que sonríes a alguien, escuchas atentamente o das las gracias, emites una energía positiva que la otra persona, a su vez, pasará a decenas de individuos que encuentre en su camino. Estos contactos positivos tienen un efecto multiplicador. Es posible que tú, personalmente, no recibas su efecto de inmediato, aparte de la cálida sensación de bienestar interior, pero las impresiones positivas son como semillas. Las plantas y te olvidas de ellas pero van creciendo y aumentando su tamaño bajo tierra y antes o después acaba brotando una magnífica planta.
Principio nº 2: Todos somos importantes...
No dosifiques la amabilidad ni la dediques sólo a quienes consideras que pueden darte algún benefício. Entre otras cosas, porque nunca se sabe si la vecina que hoy menosprecias, mañana será la encargada de seleccinar tu currículum de trabajo, o de ayudarte en una situación difícil. Lo esencial es que esa persona es importante en sí misma y lo es para mucha gente. Acostúmbrate a tratar a todas las personas con las que te cruzas como si fueran tus hermanos, tus hijos, tus padres, porque lo son. Si no para tí, sí para alguien; si no hoy, tal vez mañana. En todo caso, todo el mundo desea evitar el sufrimiento y disfrutar con libertad. Exactamente igual que tú. De una vez y para siempre, cuando mires a la cara de alguien, observa un ser como tú, con el que compartes este viaje que es la vida.
Principio nº 3: Las personas, como las fichas del ajedrez, cambian de posición...
Es un error muy común pensar que sólo necesitas ser amable con tus iguales o tus superiores. Esa idea resulta mezquina y además es falaz. Pensar que el quiosquero de la esquina nunca va a hacer nada por tí porque no tiene poder no se sostiene. Nunca puedes saber quién será importante para tí mañana, qué mano te puede ayudar. La vida da muchas vueltas. Trata a todo el mundo como si fuerais compañeros de escalada en el Everest. Pero, por encima de todo, no pierdas la oportunidad de practicar la virtud de la generosidad, que es dar sin esperar nada a cambio.
Principio nº 4: La amabilidad puede ser parte de tu instinto...
Acostúmbrate a practicar tu amabilidad hasta que forme parte de tí, que sea algo instintivo. Si te acostumbras a ser considerado sólo en las circunstancias que te convienen, tu cicatería habitual puede traicionarte cuando menos lo esperes, de una forma que ni siquiera lo adviertas, haciéndote perder muchas oportunidades y, por descontado, muchos amigos. Practica la bondad, amabilidad y consideración por los demás hasta que forme parte de tí. Te llevarás muchas sorpresas al descubrir cuántos beneficios le aportan a tu vida.
Principio nº 5: Que todo tu cuerpo transmita consideración...
No basta con recitar unas palabras amables por rutina o con indiferencia. Se ha demostrado que en situaciones de alto contenido emocional, sólo el 7 por ciento de nuestra comunicación es verbal. el 93 por ciento restante procede de factores como los gestos, las expresiones faciales o el tono de voz. A veces una sonrisa o un ligero contacto físico tienen más fuerza que las palabras y, además, sirven para suavizar o contrarrestar mensajes incómodos aunque necesarios.
Principio nº 6: La sonrisa es el gesto más contagioso...
Las emociones positivas son más contagiosas que las negativas. Un estudio de la Universidad de Yale demostró que la jovialidad y la simpatía se expanden más rápidamente que la irritabilidad y la depresión de las que la gente intenta protegerse. Y la sonrisa es el gesto más contagioso de todos. Además, se demostró que es más fácil que tu pareja, hijos, amistades o colaboradores en el trabajo sean más receptivos a tus ideas si las dices con cordialidad y una sonrisa.
Principio nº 7: Las impresiones negativas son como gérmenes...
De la misma manera que las acciones positivas son como semillas que crecen en silencio, los gestos desconsiderados son como gérmenes; es posible que durante un tiempo no veas su impacto pero ahí está, infectándote en silencio, a tí y a quienes te rodean. No diseminar gérmenes significa ser extremadamente respetuoso con tu entorno y con la gente de tu alrededor, ya que un simple malentendido o un comentario malévolo puede crear una impresión negativa de efectos perturbadores.
Principio nº 8: La consideración te hace digno de confianza...
Y viceversa: la falta de consideración te convierte en una persona a desconfiar. Aunque nadie te haya visto o no vuelvas a ver a una persona a la que has tratado mal, tú si has sido testigo, y esa acción forma parte de tí poniéndotelo difícil cuando quieras convencer a los demás de que confíen en tí...
Por el contrario, la consideración hacia los demás hace que las personas se sientan cómodas y confiadas a tu lado. Es normal que suceda así: si observo que tratas mal a alguien, de inmediato sentiré que puedo ser una próxima víctima de tu maltrato.
Principio nº 9: La bondad es un valor en sí mismo...
Ser benevolente, conciliador, considerado, no tiene nada que ver con la hipocresía no con la ingenuidad. La bondad es un alto valor que te dignifica y ha de estar a la cabeza de tu escala de valores. Acostúmbrate a apreciar la bondad, el comportamiento ético, la calidez (en tí y en los demás) de la misma manera que aprecias la belleza, la inteligencia o el talento. La bondad es una fuerza muy potente que puede llegar donde no llega ninguna otra fuerza o habilidad.
Principio nº 10: Comparte el mérito...
Uno de los peores gérmenes y más éxtendidos es la competitividad, la lucha a codazos para demostrar que soy el mejor. Con esta consigna, consciente o inconscientemente, podemos dedicarnos a empequeñecer la imagen de los demás para engrandecer la nuestra. Pero si te acostumbras a relajarte y a dedicar tu energía simplemente a dar lo mejor de tí, la vida se hace mucho más hermosa y sencilla. Harry Truman dijo: "Es impresionante lo que puedes conseguir si no te preocupas por quién se lleva el mérito". Y el gran maestro budista indio Atisha fue aún más contundente: "No esperes el aplauso y no dependerás de él". Acostúbrate a dar lo mejor de tí y descubrirás el bienestar de la satisfacción personal y la autoconfianza".
Principio nº 11: Ayuda a generar confianza y buen humor a tu alrededor...
Según Daniél Goleman, "Sentirse bien estimula la eficacia mental, se comprende mejor la información y genera claridad de ideas para tomar decisiones".
Además, las personas que están de buen humor tienen más posibilidades y capacidad de ayudar a las demás. Cuida tu humor y el de las personas que te rodean con bromas amables y situaciones divertidas. Pero, por encima de todo, ríete de tus propios errores y de los de los demás, sin dramatizar ni culpabilizar a nadie por ello. Se aprende mejor de las risas que de las tensiones negativas.
Principio nº 12: Aprende a escuchar...
Lo dijo el presentador de televisión estadounidense Larry King: "Mi primera regla para conversar es ésta: mientras hablo, no aprendo nada". Lo cierto es que escuchar siempre resulta máas ventajoso que hablar de tus logros o de lo que ya sabes. A no ser que se trate de un auténtico diálogo en el que dos interlocutores escuchan y expresan ideas como un intercambio de dos mentes abiertas. Entonces, las dos partes ganan. Pero normalmente una opinión no es más que eso: una opinión, un punto de vista, al igual que el de la otra persona.
En las discusiones, deja de imponer tus razones y centra tu atención en las posibles maneras de aportar valor para las dos partes, lo cual incluye escuchar a la otra persona desde el corazón.
(Artículo extraido de la revista PSICOLOGÍA PRÁCTICA, nº 132.)

domingo, 4 de abril de 2010

HOLA!

Se puede decir que este año 2010 no he escrito mucho en este blog. De lo que puedo ser consciente es de que estos meses han pasado muy rápidos. No sé porqué hay veces que el tiempo no avanza, se relentiza, a veces parece que se repite el "día de la marmota" sobre todo cuando tu rutina diaria es eso...rutina sin cambios aparentes..... y otras veces fluye tanto que no puedes detenerlo, no puedes disfrutar del momento.
Siento estar un poco, en baja forma anímica. Últimamente después del proceso psicológico, existencial, anímico o lo que se le quiera llamar...en el que he estado envuelta, lo único que puedo decir hoy por hoy es que ME DA IGUAL, LA RELIGIÓN, LA PSICOLOGÍA, LA EVOLUCIÓN DEL SER HUMANO, LA EVOLUCIÓN DE LA SOCIEDAD, EL SISTEMA EDUCATIVO, LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN, LA MEDICINA ALTERNATIVA O NO ALTERNATIVA, LA POLÍTICA, LA ECOLOGÍA.... en definitiva todo lo que en un momento dado ha tenido cierta importancia de alguna manera para mí,en estos últimos años.
Me siento cansada, saturada... no sé cómo explicarlo.
¿Será que me siento un tanto desestructurada, desarraigada?
Creo que lo único que siento es que quiero VIVIR en armonía, en equilibrio, sentirme a gusto con las cosas que hago y siento sin tener que justificar mis acciones ante nadie. Realmente a estas alturas en la que estoy (a mis casi 50 años ¡quién lo diría!) no tengo ganas de sentirme influenciada por IDEALES, DOGMAS, ...realmente ¡NO LO NECESITO!....
Yo quiero seguir llevando una vida normal, sin muchos altibajos, con mis necesidades satisfechas, con mi pequeño circulo familiar y de amistad, ¡Y NADA MÁS!...
Hubo un tiempo en el que consideraba que era muy importante y necesario VOTAR, formar parte de un grupo social, estar a favor o en contra de alguna idea...etc.
Pero ahora no lo siento así, realmente no me interesa.
Eso no quiere decir que me haya convertido en una persona insociable, con falta de sensibilidad hacia la situación en la que se está viviendo en el mundo.... (¿CRISIS?), pero soy consciente de que realmente no puedo hacer mucho por cambiar esta situación.
Pensandolo bien...¿qué culpa tengo yo de que haya guerras, violencia, hambre, crisis....? ¿hasta qué punto tengo que sentirme responsable?.
Pienso que yo lo único que puedo hacer es decidir contínuamente hacer el bien, trabajar bien, hacer mi actividad cotidiana de la mejor manera, intentar favorecer dentro de mis posibilidades a las personas que aprecio...
Bueno...y seguir escribiendo este blog.
Un saludo a todos los que lo leen.